25.2.09

Oigo y siento contento latir mi corazón


“¡Oh santa bandera de heroicos carmines!” Aprendí con otros 40 compañeros para cantarlo el 24 de febrero: ¡día de la bandera! Durante algún tiempo me enardecía este canto, me hacía sentir “algo especial”. Hoy me queda el recuerdo y la esperanza de que ninguno de mis maestros sea de los afortunados poseedores de una deslumbrante Hummer.
Desde que pasamos a ser parte del paraíso del 1er mundo – el cual hoy parece desmoronarse bajo el peso de sus paradigmas y axiomas, sin necesidad de marchas de lunes o perestroika – con el salvoconducto conocido como TLC, el día de la bandera dejó de ser de azueto; seguramente por aquello de las productividad, la eficiencia, etc., etc., etc.
“La sangre abnegada de los paladines, el verde pomposo de nuestros jardines, la nieve sin mancha de nuestros volcanes” algunos de los versos de esa oda a la bandera, y el Sr. Presidente semanas después de haber formulado públicamente la siguiente reflexión iluminada: "Habría que preguntarse cómo es posible que hayamos, como pueblo, sido capaces de tolerar que semejante barbarie penetrara en la sociedad mexicana, que se asentara en nuestras calles, que penetrara a nuestras autoridades" (abro el paréntesis para disculparme como miembro del pueblo al cual cuestiona el presidente con su aura fraudulenta y su ilegítima voz, sin embargo, y aunque parezca justificación, no tengo a mi cargo agentes de inteligencia, federales, locales o militares. Además los miembros de esta sociedad que me representan, a saber diputados y senadores, y quienes poseen más posibilidades de acción, les preocupa más maquillar de recorte de gastos su presupuesto o adjudicar adecuadamente los contratos para la construcción de su nueva sede, en el caso de los senadores (la cual costará hay humildemente unos 2,000 mdp) o de perdis mantener sus dietas, nos deberían poner a todos a esas dietas y ¿cuál crisis?).
Justo en la ceremonia conmemorativa a la bandera: “pendón de nuestro anhelo” (sin albur),Calderón nos conmina-exhorta, dicen algunos reporteros, nos chantajea dicen sus asesores en las juntas de estrategia y of course out of the records, a que la bandera sea ese medio para unirnos contra la crisis y el crimen organizado: "Hoy como ayer la Bandera es el símbolo que cubre a todos los hijos de esta tierra y nos arenga para hacer frente a los desafíos que ayer, como hoy o como mañana, se presentan a una Nación tan grande y poderosa como lo es México. Uno de ellos, el de la inseguridad y la violencia generada por el crimen[...] La Bandera Nacional también nos aglutina para hacer frente a la adversidad esta vez económica, derivada de una situación financiera internacional, sin precedentes en la historia moderna.[...]"… ¡Aleluya! ¡Claro!, no se necesitan empleos, ni ejercer el presupuesto plenamente sin limitantes políticos, mucho menos regulación rigurosa de concesiones y movimientos financieros (especulación), ni replantear líneas y políticas (en caso de que haya), ni ser más coherentes con la teoría del management o la ética organizacional (erradicar a los déspotas pseudoilustrados parnaso incluido), ni apoyo a microempresas (pero no como eso de las PYMES y su laberinto burocrático para gestionar una madre que no sirve no digamos hacer viable, arrancar un proyecto), mucho menos crear patentes y agregar valor más allá de la maquila.
No lo que necesitamos es: ¡envolvernos todos unidos mexicanos, prendiendo y apagando los encendedores -- lo que tanto le gusta a Bono – en la bandera!
Seguramente el 13 de septiembre nos pedirá que saltemos al vacio para ofrendar nuestras vidas a la insaciable Patria (sin pretender ser catastrofista: ni era niño y su heroísmo no tendría tanto fulgor si se relatara que pese a la aguerrida defensa del Castillo de Chapul, en éste después de que México perdió la guerra ondeo la bandera de las barras y las estrellas. En lo que fue la primera acción del cuerpo de elite que azota a los malos, apestosos a ajo, rojillos, jipis, ogt´s y terroristas alrededor del planeta: los marins ¡y´ñor!
“Se levanta en el mástil mi Bandera, como un sol entre céfiros y trinos muy adentro en el templo de mi veneración” (nuevamente sin albur). En fin que me cayó muy bien este 24 de febrero para poder justificar mi desapego o apatía por los símbolos patrios con la nostalgia de esos lunes de honores a la bandera y de paso tener la conciencia tranquila por haber ido a comprar, no uno, sino dos kilos de yerba para cebar unos mates viste.
En vista del éxito obtenido y aprovechando demagógicamente la coyuntura electoral y pa´que la persona que nos gobierna (aún) no me recrimine por no hacer nada a favor de la nación, propongo que los candidatos, precandidatos, asesores y demás becerros insaciables, se sometan de menos a una partida pública de CIVILIZATION o su versión para multijugadores CIVILINET; así pasaríamos de las aburridas y onerosas campañas, con todo y sus plástico-basura y debates de plástico, a honrar la transparencia, ahorrarnos una lanota, entretenernos con las partidas (con lo cual de paso se reactivaría la economía con las parrilladas respectivas y servicios relacionados) y planear las acciones a tomar, incluido el timing según las habilidades (o inutilidades) mostradas por los futuros representantes y gobernantes.

2 comentarios:

  1. Suena rebien lo de la parrillada; me pregunto si en vez de pagarle esos desorbitantes sueldos a los funcionarios del IFE podrán mejor discutirse unas costillitas. Pasa que aquí el signo como tal, en tanto que sostiene el (sin)sentido y el confort del feudalismo, sigue de pie, como si nada. Claro: se mantiene funcionando, porque siempre se está cayendo. Como haciendo parafrasis a los lacanianos: mexico no necesita existir para funcionar; es más, funciona porque no existe. A que la ensoñación con la idea del simulacro de elección...

    Abrazo,

    F

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  2. felicidades y saludos
    kuate

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¡Pásele a lo barrido!

¿quién de dónde que!